viernes, 11 de julio de 2008

Banalización de consumo de drogas por "estrellas" debe ser punible


¿Controlan las drogas tu vida?, pregunta la campaña que Naciones Unidas lanzó en este Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de las drogas... Y contra la banalización de sus efectos.



Controlan las drogas tu vida?, pregunta la campaña que Naciones Unidas lanzó en este Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de las drogas... Y contra la banalización de sus efectos.
"Yo tuve que ser mucho más rápida y lista que las otras chicas de mi edad“, confiesa Rihana, la nueva estrella mundial de R&B, del ritmo y las baladas. Debido al alcoholismo y drogadicción de su padre, su mamá tenía que salir a trabajar, mientras la hoy exitosa cantante tenía que cocinar, limpiar la casa y velar por sus hermanos menores como una “mamá de emergencia”.
Las amargas experiencias durante su niñez marcaron la vida de Rihana, hoy de 20 años. “Muy temprano ví como el alcohol y las drogas pueden destruir a las personas, a sus seres queridos y a sus amigos”, reconoce la artista que se mantiene estrictamente alejada de gente que consume drogas. Nada fácil en el mundo de la música, de la cultura, del arte, en el país que sea.

Modelos para sociedad mediática
Considerando los destrozos que causa el consumo de drogas, son relativamente pocos los artistas que toman en serio su posición destacada en los medios. Su presencia mediática los convierte, quiéranlo o no, en ejemplos para las juventudes de sus épocas.
No en vano la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, una agencia de Naciones Unidas con sede en Viena, advierte que la frecuente presencia de “famosos” cocainómanos, alcohólicos y fumadores y sus historias de excesos en los medios promueven la “banalización de las adicciones y sus consecuencias”, tanto personales como en la sociedad.
En Alemania se presentan, con cierta regularidad, justamente estos casos. El del entrenador de fútbol alemán Christoph Daun ha sido uno de los más publicitados y más ambiguos de la sociedad alemana. A pesar de que varios exámenes de laboratorio comprobaron irrefutablemente que el popular entrenador alemán era consumidor de cocaína, durante su primer contrato de entrenador del equipo colones, él seguía comentando sus escapadas con una sonrisa pícara durante las conferencias de prensa abarrotadas de periodistas. Hasta que la Justicia asumió el caso de los medios y condenó a Daun a una pena, aunque más leve que aleccionadora. Daun regresó después de un tiempo a las canchas de la Bundesliga como entrenador.

A la caza de fábulas de farándula, no de realidades incómodas
Otras estrellas empero, parecen estar muy lejos de abandonar las drogas y sobre todo, de retirarse de las revistas, de los magazines televisivos y los portales de Internet como ejemplos de que la cocaína, la heroína, el alcohol y el tabaco no son supuestamente tan malignos como, en verdad lo son. Los casos de las británicas Kate Moss y Amy Winehaus, la primera modelo y la segunda, cantante de soul, son una muestra de la doble moral de las sociedades que las idolatran, a sabiendas de que son drogadictas y de que están arruinando sus vidas frente a los ojos del mundo.
Pero cuando en los aeropuertos y aduanas de sus propios países la policía incauta, por enésima vez, kilos y más kilos de cocaína o heroína, lo único que se le ocurre a muchos es lanzar improperios contra los narcotraficantes de países lejanos que quieren dañar a la juventud de sus inocentes sociedades.
Entre tanto, las mafias del negocio de los narcóticos ganan terreno en Europa, en donde hay unos 4 millones y medio de consumidores, entre famosos y anónimos, que alimentan la maquinaria de la industria del narcotráfico, del comercio de armas, de la trata de personas y del secuestro extorsivo.
Amén de que son los consumidores de cocaína y heroína, por glamorosos o famosos que sean, los que ponen el dinero que mantienen vivos conflictos tan sangrientos y destructores como el de Colombia y Afganistán, en donde guerrillas mafiosas o mafias con fachada de rebeldes atentan contra el Estado de Derecho como en Colombia, en donde matan a unas 4.000 personas anualmente.


“La culpa y el problema siempre es de los demás”
Y si para los europeos Colombia, Bolivia, México y Venezuela y sus muertos están muy lejos, y Afganistán es un país difuso – aunque sea justamente por el poder del negocio de la heroína que lo regresó a épocas primitivas – Italia, Bulgaria, Polonia, Serbia y Rusia sí están en plena Europa y sus mafias presentes a largo y ancho del continente. La Interpol tiene registradas a 4.000 organizaciones mafiosas en Europa y la mayoría de ellas se lucra del comercio de las drogas. Los dueños del narcotráfico en Alemania hacen en Alemania unos 842 millones de euros, cada año, de acuerdo a cifras de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes.
En alrededor 390 mil millones de dólares anuales están estimadas las ganancias de las mafias de las drogas en el mundo, como lo cifra la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes. Con ello las mafias de las drogas ilegales reciben 16 veces más de lo que reúne el mercado del tabaco y 65 veces más que el comercio del café.


Se enriquecen con el dinero de los drogadictos, también de los famosos
Y es que bastaría leer “Camorra”, el libro del napolitano Roberto Saviano, para saber cómo las mafias europeas están conectadas con las latinoamericanas en el tráfico de drogas, las mismas por las que pagan muchos adorados artistas en Europa, Estados Unidos y en la misma América Latina.
“Las mafias no son un error ortográfico”, dice la fotógrafa y activista anti-mafia italiana Letizia Battaglia, hoy desterrada de Sicilia por su lucha contra ellas. “Las mafias son el cáncer de cualquier sociedad. Un cáncer que crecen porque nosotros mismos lo permitimos”, apunta Battaglia.
Ésta es la otra cara de las drogas, la otra diferente al glamour que exhalan las estrellas que difunden la impresión de que consumir drogas es inofensivo y hasta “cool”. Por eso es loable la nueva campaña de Naciones Unidas, porque busca movilizar a favor del control de drogas. Se trata de “tu vida”, de “tu comunidad”, enfatiza la ONU que les pide, a todos por igual, reaccionar ante la trivialización del consumo de drogas alucinógenas que, no sólo dañan tu entorno, sino que también “destruyen tu creatividad, tu salud, tu cuerpo”.
Al fin y al cabo, no es un Estado, la policía u otra autoridad los que logran impedir que algunos se hagan daño e impartan el ejemplo de consumir drogas, sino que cada uno es responsable de sí mismo, y la gente que quiere.

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