viernes, 17 de abril de 2009

La piel refleja el consumo de cocaína


Úlceras, picores, ampollas, urticaria, eritemas... El consumo de esta droga puede causar graves problemas en la piel.
Fuente: elmundo.es/elmundosalud Autor: Laura Tardón


Úlceras cutáneas, picores, ampollas, urticaria, eritemas, verrugas en la mucosa nasal... Todas estas alteraciones de la piel pueden desencadenarse por culpa del consumo adictivo de la cocaína. Si un paciente presenta lesiones dérmicas crónicas y muestra un comportamiento extraño y delirante, sería conveniente realizar un test de drogas para confirmar si el consumo de esta droga es la causa, según recomienda un artículo publicado en la revista "Journal of the American Academy of Dermatology".
"No obstante, también deben excluirse completamente otros desencadenantes de dichas manifestaciones cutáneas, incluso cuando se encuentren sustancias ilícitas durante las pruebas, ya que un test positivo de drogas no siempre indica el origen de las lesiones", advierten los autores del artículo, realizado en la Clínica Mayo, en Minnesota (EEUU).
Desde el punto de vista social, "droga es cualquier sustancia psicoactiva que se utiliza fuera de la legalidad, con una intensa acción reforzante positiva, pero con un efecto dañino a la larga sobre la salud física o psíquica", afirma Elena González-Guerra, dermatóloga de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Más allá de los efectos psíquicos (alucinaciones e ilusiones), sus implicaciones en la salud (accidentes cerebro vasculares, infarto agudo de miocardio, crisis hipertensiva) también se extienden a la piel.
Mercé Alsina, del servicio de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona, explica que "el uso de la cocaína puede originar manifestaciones dermatológicas, como pseudovasculitis, urticaria, vasculitis de Churg-Strauss, el fenómeno de Raynaud, púrpura palpable, pustulosis exantemática generalizada aguda...".
Nombres comúnmente desconocidos para identificar diferentes alteraciones cutáneas que, en muchos casos, están asociadas al consumo de cocaína. "Hay otras como las malformaciones de las manos en forma de pico de loro y la curvatura de las uñas, pero no siempre aparecen en todos los consumidores crónicos", añade la doctora Alsina.
La afectación cutánea es más frecuente en las drogas que se administran por vía parenteral (inyectadas). Tanto los abscesos como la celulitis aparecen en un 22% a 65% de los adictos a drogas que se administran de esta forma", comenta González-Guerra, quien añade que, además, en los consumidores de cocaína existe mayor frecuencia de dermatitis seborreica y lesiones de hiperqueratosis en los dedos de las manos y en las palmas (la capa externa de la piel se engrosa y se vuelve dura y rugosa).
Manifestaciones cutáneas en casos reales
El artículo de la revista de la Academia Americana de Dermatología recoge dos casos clínicos que demuestran la asociación entre el consumo de cocaína y las manifestaciones dermatológicas.
Una mujer de 37 años presentaba lesiones rojas en los brazos que se fueron extendiendo a las piernas y el tronco. Lo que en un principio parecía sarna (la paciente no respondía al tratamiento correspondiente), finalmente resultó ser una consecuencia del consumo de cocaína, tal y como confirmaba el test de orina. "Presentaba pápulas eritematosas escoriadas, algunas con costras en la tibia, muslos y antebrazos. También tenía caries y una pérdida de peso significativa", explican los autores en el artículo.
Tres meses antes, su marido, de 39 años, también acudió al médico por una erupción cutánea pruriginosa que comenzó en los brazos. Más tarde, estas erupciones se convirtieron en pápulas eritematosas en los brazos, las piernas, la parte anterior del brazo y los glúteos. El resultado del test de orina también dio positivo en cocaína.
Precisamente porque estos casos no son muy habituales, ante tales señales, si, además, "el paciente muestra un comportamiento extraño, con signos de delirio u otras condiciones psiquiátricas, es conveniente realizar pruebas de detección de drogas para identificar el consumo de cocaína como posible causa", señala Jerry D. Brewer, uno de los autores del artículo.
Ambos pacientes atribuían la causa de sus lesiones a unos "insectos" que creían haber visto saliendo de su piel. Es lo que se conoce como delirio parasitario, "la alteración psiquiátrica más frecuente asociada con el consumo de cocaína. Consiste en que los pacientes tienen la creencia falsa y fija de que están infectados por parásitos", explica Elena de las Heras, dermatóloga del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

No hay comentarios: