lunes, 29 de junio de 2009

El alcohol modifica la actividad cerebral en tan sólo seis minutos


La concentración de metabolitos cerebrales como la creatina o la colina disminuye a medida que se incrementa la del alcohol.
Fuente: JANO.es


Según los resultados de un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Heidelberg (Alemania) y publicado en el último número de la revista Journal of Cerebral Blood Flow and Metabolism (2009;29:891-902), el tiempo que transcurre entre el consumo de una cantidad de alcohol equivalente a tres vasos de cerveza o dos de vino –o lo que es lo mismo, una tasa de alcohol en sangre del 0,5 o del 0,6– y la aparición de cambios en las células cerebrales es de tan sólo seis minutos.
La evidencia deriva del uso, por primera vez –los datos recabados hasta el momento derivaban de trabajos llevados a cabo exclusivamente con modelos animales– de espectroscopia por resonancia magnética.
En palabras del Dr. Armin Biller, investigador principal del estudio, “nuestro trabajo proporciona evidencia de la utilización de energía alternativa en relación a la ingestión de alcohol. Por ejemplo, el cerebro utiliza un derivado del alcohol en lugar de la glucosa para su necesidad de energía”. Así, el cerebro reacciona rápidamente al alcohol, por lo que el efecto nocivo se produce con rapidez.
Durante el experimento, la concentración de sustancias tales como la creatina, que se relaciona con la protección de las células, se reduce a medida que la concentración de alcohol se incrementa. La colina, un componente de la membrana de las células, también se reduce. “Un efecto que probablemente indique que el alcohol induce cambios en la composición de las membranas de las celulares”, apuntan los autores.
Asimismo, e igual que el efecto del alcohol llega con rapidez, también suele desaparecer sin dejar secuelas. “Nuestro seguimiento mostró al día siguiente que los cambios en los metabolitos cerebrales después de un consumo moderado de alcohol en personas sanas resultaron completamente reversibles”, indican los investigadores.
Sin embargo, como concluye el Dr. Biller, “asumimos que la habilidad del cerebro para recuperarse del efecto del alcohol decrece o queda neutralizado a medida que el consumo de alcohol aumenta. Los efectos agudos demostraron en nuestro estudio que podrían posiblemente formar la base de un daño cerebral permanente que se produce en alcohólicos. Esto debería clarificarse en futuros estudios”.

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